sábado, 3 de noviembre de 2012

EL terremoto de Carmona de 1504









Por : Don Manuél González Jiménez.

3 comentarios:

  1. Interesantísima esta crónica sobre el terremoto de 1504, ya había leído algo sobre el tema, pero nada tan gráfico como esto que has publicado en tu blog.

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  2. Gracias Carmonés. No podia ser de otra manera, gran conocedor de la historia de Carmona como es
    el profesor Manuél González Jiménez no hay nadie como el para conocer mejor nuestra anciana ciudad.

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  3. http://www.onlineocr.net/default.aspx Pasar de Imagen a texto, pa la proxima vex. Interesantisimo y preocupante articulo

    XIII. EL TERREMOTO DE CARMONA DE 1504
    E, 5 de abril de 1504 de produjo, con epicentro en Carmona, un tre-mendo terremoto al que los sismólogos atribuyen el grado 7 u 8 de la escala Richter. Sus efectos son todavía visibles en una grieta que se extiende desde la muralla del patio de armas del alcázar de Arriba, en dirección a la ermita de la Virgen de Gracia y que ha sido responsable de las numerosas obras de sustentación que han debido realizarse en el Parador Nacional de Turismo de Carmona en los últimos arios. No fue el primer terremoto que pa-deció la ciudad. Diez años antes, en la noche del 26 de 1494, se produjo un movimiento sísmico al que las fuentes locales describen como un gran temblor e tremor de la tierra. Pero el terremoto de 1504 fue, sin duda, el más importante. Todos los testimonios escritos de la época destacan sus efectos destructores. Y no exageraban, como veremos más adelante. También debió producir un miedo sobrecogedor entre el vecindario, por cuanto el 5 de abril coincidió con el Vier-nes Santo de 1504. Para una mentalidad impregnada de religiosidad como era la de entonces, el terremoto debió recordar el que había tenido lugar el primer Viernes Santo de la Historia, cuando Cristo murió, según nos cuentan los Evangelios. Una carta de las mujeres públicas de la villa, escrita al día siguiente del terremoto, expresa el pánico que aún las embargaba:
    Muy virtuosos señores: Las mujeres del partido que estamos en la mancebía de esta villa por nuestros pecados, con el acatamiento y reverencia que debemos, besamos las manos de vuestra merced en la cual nos encomendamos y humildemente suplicamos que le plega saber en cómo hay muchas de nosotras que ha dos y tres años que esta-mos empeñadas en poder de Cuenca por lo que hemos comido y gastado, y no vemos sol ni luna, y estamos peor que cautivas en poder de infieles.

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