La parroquia de San Pedro ocupa el mismo lugar, mejor dicho,
es la ampliación del viejo santuario titulado Nuestra Señora de la
Antigua, hoy capilla de la Virgen de las Mercedes. El santuario ó
ermita de la Antigua existía ya por los años de 1371, cuando el 
sitio de Carmona por Enrique II.
Aunque la iglesia de San Pedro funcionaba como parroquia desde
la mitad del reinado de Juan II, no se acabó del todo hasta el
siglo XVII, en que tuvo fin su airosa torre. Antes de ser trasladados
á San Pedro el culto y la jurisdicción parroquiales, los tuvo la 
iglesia de San Mateo, la que todavía el año de 1466 eligió los  
jurados correspondientes á su collación.
 Por último, á fines del siglo XVIII la
hermandad de! Santísimo Sacramento levantó á sus expensas el 
actual sagrario, estilo Churriguera, obra no de las peores en su  
género, y en la inauguración de la cual pronunció  el panegírico el 
célebre:
Fr. Diego José de Cádiz. 
Para concluir, el año de 1880 se
Para concluir, el año de 1880 se
emprendieron importantes y costosos trabajos, que mejoraron 
mucho el edificio, en términos de hacer de él una de las mejores y 
más espaciosa iglesia de la ciudad.
 
La vieja y movediza solería de ladrillos fué sustituida con grandes 
y ricas baldosas de mármol; bajo la cúpula
del crucero se levantó un templete de piedra de Carrara, rodeado
de una hermosa verja de bronce; y el coro, que antes ocupaba el
medio de la nave central, fué llevado detrás del altar mayor, al  
estilo romano.
Las obras de 1880 mejoraron grandemente la parroquia de San
Pedro, es verdad; sin embargo, hubieran lucido mucho más si 
mejores cálculo y tino presiden á la ejecución de parte de ellas.
En efecto; ¿qué importa que el templete sea esbelto, airoso y de 
buen gusto, y la verja artística y bien acabada, si en cambio todo 
allí respira estrechez y aprieto? Por aprovechar unas cuantas 
varas de terreno, que en realidad ninguna falta hacían dada la 
nueva distribución de la iglesia, no se puso el templete debajo de la 
linternilla de la cúpula, ni avanzó la plataforma del presbiterio 
hasta los pilares de los pulpitos para que la subida á éstos quedara 
dentro del recinto limitado por la verja. Consecuencia natural de 
tanto descuido es el lamentable golpe de vista que resulta de no 
estar en la misma perpendicular los centros de las dos cúpulas, la  
del templete y la del crucero, y el cúmulo inmenso de ahogos y 
apuros que allí se experimentan en los días de grandes 
festividades.
Nada diremos de haber dejado el órgano sobre la puerta de  
Poniente y en el fondo del coro el retablo del antiguo altar mayor:  
estos son defectos que estamos seguros no hade pasar mucho  
tiempo sin que sean corregidos.
El barrio de San Pedro es conocido de antiguo con el nombre
de barrio del Mortero. La extraña denominación que hasta hace 
pocos años llevó el nuevo arrabal proviene, sin duda , de la 
preciosa pila que para la administración del sacramento del 
bautismo existía en la parroquia.
Esta pila se conserva todavía, sí bien agujereada y rota en
su fondo. Es de barro cocido, vidriado por fuera y dentro, color  
verde esmeralda, y afecta la forma de una media naranja, cubierta 
toda la cara externa de pámpanas, racimos de uvas y grupos de 
rosas en bajo relieve
Tiene una inscripción que dice en caracteres góticos:
Juan Sanches Vachero me fisso.
El mortero de la parroquia de San Pedro es elocuente muestra
del grado de perfección que las artes cerámicas alcanzaron en 
Sevilla durante el siglo XVI.
Por: D.Manuel Fernández y Lopéz


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