Rodrigo Fernández de Santaella, canónigo y arcediano de Reina en la Santa Iglesia de Sevilla, fue natural de Carmona. Hizo sus estudios en la célebre universidad de Bolonia, siendo uno de los más aventajados discipulos en el colegio fundado por el cardenal D. Gil de Albornoz.Rodrigo Fernández de Santaella mereció grande aprecio á los Reyes Católicos, en términos de haber estado propuesto por Fernando V para el arzobispado de Zaragoza, que si no llegó á alcanzar, debido fué á que ocurrió su muerte antes que vinieran las bulas del Papa.
Desde 1472 acariciaba el arcediano de Reina el grandioso proyecto de establecer una universidad en Sevilla, y para ello trabajó mucho cerca de los reyes y del pontifico Julio II, del cual consiguió por fin una bula, despachada en Roma á 12 de julio de 1505, por la que se le concedía facultad muy amplia para fundar colegio y universidad, bajo el titulo de Santa María de Jesús, con capilla, capellanes, capellanias, estatutos y prerrogativas y poder para conferir grados en las facultades de Lógica, Filosofia, Teología, Derecho canónico y civil y todas las demás preeminencias de las universidades generales, sin ninguna limitación. La ejecución de esta bula se encomendó al prior de Santiago de la Espada en la ciudad de Sevilla y á los arcedianos de Reina y Carmona. También expresaba la misma bula cuánto había trabajado y cuánto habia gastado de su propio caudal Rodrigo Fernández de Santaella en la construcción de la casa donde la tal universidad se pensaba establecer. De la misma manera, el cabildo de la ciudad de Sevilla puso de su parte lo que pudo para que la universidad se estableciera, y con fecha 22 de febrero de 1502 recabó de los Reyes Católicos una cédula por la que se concedía el establecimiento de una casa de estudios donde se pudiera enseñar Teología y Cánones, Leyes, Medicina y otras artes liberales.
Muerto Rodrigo Fernández de Santaella, Alonso de Campos, cnónigo de la Santa Iglesia de Sevilla y arcediano de Almuñecar en la de Granada, á quien el primero dejó escritas de su mano las constituciones con poder para establecer la dicha universidad, la abrió por fin y dió entrada á los primeros colegiales el año 1516.
Rodrigo Fernández de Santaella está entenado en la capilla del colegio fundado por él, y sobre la losa de su sepulcro se lee el epitafio siguiente:
"" Hoc jacet Rodericus Ferdinandus de Sanctaella, praesbiter, artium et sanctae theológiae magister, sedis apostólicae prothonotarius, sanctae hispalensis ecclesiae canónicus, et archidiaconus de Reina, vixit annos LXIV, recessit die vigésima mensis januarii, anno MDIX. Discite mortales coelestia quarere, nostra incineres laudem gloria prima redit "".
Mentira parece que el sabio y piadoso fundador de la universidad de Sevilla no haya merecido aún que Carmona, su patria, honre su memoria poniendo siquiera el nombre de Rodrigo Fernández de Santaella á la calle en que el arcediano vivió, ya que no ha fijado, como debió hacer há mucho tiempo, una lápida conmemorativa sobre la fachada de la casa en que vio la luz tan insigne carmonense.
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