Siempre me he preguntado cómo se puede recordar una época de miseria donde la madre tierra engullía parte del salario de las familias jornaleras limitando su poder adquisitivo a una estrechez tan poderosa como reflejaban las libretas de los comerciantes , donde los débitos se pagaban con intereses en beneficio de los más pudientes.
Para muchos chavales en aquellos años, la navidad la conocían por el frío de la época y por las dos velas de mocos perpetuas que adornaban su labio superior y por algún polvorón con una copita de aguardiente aguado con sabor a flores. Los reyes era otra cosa distinta, los padres se arreglaban con cualquier invención desde caballitos de barro construidos con arcilla y cocidos debajo de la ceniza del fogaril , o cualquier muñeco de pita o incluso tirachinas para los más mayores.... pero surgió:



Si pensamos en la variedad de juguetes que regalamos hoy a nuestros hijos y nietos y el poco interés que se toman al jugar con ellos a no ser que se trate de un ordenador, de una tablet, o de un teléfono móvil conectado a Internet, lo demás no tiene ningún interés para ellos.
Esta crítica no quiero que se tome como una oposición a la evolución, pues soy totalmente consciente que debe ser así, pero el cuidado, el mimo y la ilusión que entonces se tenía a un simple TRACTOR DE ALAMBRE, hoy en día se ha perdido incluso con los juguetes más caros del mercado.
ARTICULO ESCRITO POR : EL ALCARAVAN COMI
Peazo de entrada Alcaraván ¡ Se te ha de felicitar por tu dominio de la materia.
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