
En la temporada pasada mi amigo Juan me propuso salir un día allá por la vereda de las Lagunillas , con destino a una finca de olivar llamada la Restinga, yo sabía que la calidad de los espárragos en este lugar era muy baja por su grosor y además por la presión de los aficionados de Guadajoz ( Pedanía perteneciente al municipio de Carmona distante de esta a 14 Km.) cuyos habitantes mayoritariamente dedicados a la agricultura visitaban muy asiduamente este lugar por la gran cantidad de esparragueras que crecían cerca de las chuecas (Tronca) de los olivos.


Una vez en el olivar citado y cogido varias anillas de espárragos, me fije en un olivo que tenia parte de sus ramas un color azulado lo que me hizo pensar que había sido tratado con sulfato de cobre, acentuando mas mis sospechas por las rodadas de la maquina que se observaban entre las calles del olivar, lo consulte con Juan, que me dijo que no tenía importancia, pero ante la duda le regale los espárragos que yo llevaba. Yo había oído que algunos agricultores para sulfatar los olivos mezclaban junto con el sulfato de cobre algunos productos para combatir enfermedades del olivar y ante la duda optamos por regresar a Carmona, yo con las manos vacías y Juan con una buena gavilla.
A la semana siguiente me encontré a Juan y le pregunte que si se había comido los espárragos, me respondió que los había arrojado al cubo de la basura.
Con este artículo quiero hacer constar que el ARTE DEL ESPARRAGUERO no solamente se debe a su habilidad y pericia sino también ser conocedor del medio que rodea a dicha planta, teniendo especial cuidado de no destrozar las esparragueras utilizando herramientas no permitidas por la ley como la palanqueta.
Articulo escrito por : el alcaraván comí
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