viernes, 18 de octubre de 2013

LUCERNAS O CANDILES


Las Lucernas y candiles se utilizaron en la antigüedad para dar luz no solamente a las viviendas, también a todos los centros de trabajo, edificios religiosos, necrópolis funerarias en tiempos de Roma etc.
 
La lucerna estaba construida de arcilla, barro cocido o terracota, los alfareros romanos siempre ponían un motivo en relieve en su parte superior, bien religioso, guerrero, erótico etc. El combustible que se usaba principalmente en nuestra ciudad, era aceite de oliva que se introducía por un orificio cerca del asa, la torcida (mecha) construida a base de tiras de algodón se alojaba en el depósito a través de la ranura del pico contrario al asa, en el borde un pequeñísimo taladro le servía de respiradero.
Los recuerdos del Candil de aceite que conservo, se remontan hacia el año 1955, era de hoja-lata, colgaba de un gancho o garabato suspendido en el borde de la chimenea, su lata estaba  ennegrecida por el aceite quemado al calor de la llama de la torcida (mecha), de su asa bajaba una cadenilla para tirar de ella y abrir la puerta del depósito  de  llenado, el aceite subía hacia la mecha por ósmosis  lo que hacía que no gotease. Recuerdo a la señora Juana sentada en el escalón de la puerta que daba acceso a la vivienda sacando el huevo de madera que le servía para coser los zancajos de los calcetines que remendaba, en aquellos tiempos  la capacidad económica de las familias no daba para más. Esta mujer se dirigía al candil preparándolo para la llegada de la noche,  lo cual consistía en llenar el depósito de un aceite de oliva desechado por el uso y rancio. Tocándose su roete sacaba una horquilla larga con la que tiraba del espabilo o torcida dándole la dimensión deseada para que su llama alumbrase lo mejor posible. A la luz del candil , las sombras de objetos y personas bailaban una danza fantasmagórica acompañada por el vaivén de la llama  , adquiriendo vida propia en un teatro de miseria y pobreza.

Al escribir este artículo, se me vino a la memoria un pensamiento del poeta y filósofo Rabindranath Tagore que decía: Todo aquel que cuelga un candil encendido  en su espalda proyecta su sombra hacia adelante.


 
 
ARTICULO ESCRITO POR: EL ALCARAVÁN COMÍ
 
 

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