«EL AVENTURADO»: PRIMEROS INDICIOS DE LA FUNDACION DE CARMONA. Cuando el tiempo que nos distancia de los acontecimientos puede llegar a casi tres mil años (treinta siglos), hay que tener en cuenta la fragilidad de muchas interpretaciones. El origen de Carmona, así, puede encontrarse mezclado con insinuaciones que van desde alguna descendencia de las gentes de Babel (cuya torre se cita en el Antiguo Testamento como símbolo de confusión por la disparidad de lenguas que hablaban sus moradores) hasta un imaginario rey Brigo, cuarto de su dinastía, que levantara la ciudad y sus muros. Más certera resulta, en cambio, la explicación que se aporta después de que, en 1873, apareciera un hallazgo en la hacienda «El Aventurado», distante media legua de Carmona (aproximadamente 2.300 metros). Una cuadrilla de campesinos, ocupada en sus faenas agrícolas, parece que descubrió un ídolo de plata, con el consiguiente alboroto y curiosidad. Coincidió, entonces, que pasara por allí un perito agrónomo, José Pérez y Cassíni, cuya afición por las antigüedades le llevó al intento de comprar el hallazgo a los campesinos. A esta pretensión se negó el capataz de la cuadrilla, que exigió que fuese el dueño de la finca su primer poseedor. Este, sin embargo, no mostró el interés que se esperaba y el referido ídolo se ofrecería, después, al Conde de Cantillana. La descripción del hallazgo informaba de un tamaño aproximado a las cuatro pulgadas (unos 10 cm.) de altura, con un casco que cubría la cabeza y algo parecido a una lanza o tridente en la mano.La figura se soportaba en un pedestal con inscripciones que se sospechaban fenicias.
POR: JOAQUIN SANCHEZ-MATAMOROS TORRALVO
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