Dávila
El capitán de caballos Sancho Dávila era hijo y natural de Carmona, en cuya villa pasaba siempre las cortas temporadas que los que haceres de la guerra le dejaban libre. Gozaba fama de irreflexivo y temerario en los combates, siendo, por tanto, el mejor y más digno compañero de Juan de Ortega, en unión del cual corrió el mayor número de sus atrevidas y arriesgadas aventuras. Los Reyes Católicos, que entraron en Carmona el día 5 de octubre de 1478, lo primero que hicieron y lo que principalmente procuraron fué la reconciliación entre los partidarios del marqués de Cádiz y los del duque de Medina-Sidonia, empresa en la que ayudaron á los reyes los mismos jefes, ó sean D. Rodrigo Ponce de León y D. Enrique de Guzmán.Uno de los medios escogidos para devolver á la villa la paz y el sosiego apetecidos fué el dar la alcaldía de los alcázares á Gutierre de Cárdenas, comendador mayor de León. (Juan de Godoy, por virtud de los amagos de resistencia que hizo á las órdenes de la reina Isabel, cuando esta señora le mandó entregar el alcázar de la puerta de Córdoba, había sido depuesto de su cargo.) Antes de abandonar la villa los Reyes Católicos (la corte salió de Carmona para Écija el 14 de octubre de 1478), Gutierre de Cárdenas dió la tenencia de la alcaidia al capitán de caballos Sancho Dávila, con gran contentamiento hasta de sus mismos enemigos, que reconocían y confesaban ser el amigo de Juan de Ortega el caudillo que mejores condiciones reunía para tan codiciado como honroso puesto. Desempeñando estaba la tenencia cuando en 1482 marchó con el marqués de Cádiz á la conquista de Alhama, al asalto de cuya ciudad fué el primero que se arrojó diciendo: ¿ Habra alguno que me siga? y en cuya función de guerra perdió la vida, juntamente con Nicolás de Rojas, alcaide de Arcos.
domingo, 29 de junio de 2014
miércoles, 25 de junio de 2014
EL PINO PIÑONERO Y EL GLOBO



Articulo escrito por : El alcaraván comí
domingo, 22 de junio de 2014
ALGUNAS FAMILIAS ILUSTRES DE CARMONA ( PARTE IV )( CARO)
Caro
El apellido Caro es uno de los que el mundo conserva más remota y esclarecida memoria. Ya por los años 601 de la fundación de Roma, se distinguió un general de los españoles segedanos de apellido Caro, el cual murió peleando valerosamente contra los opresores de su patria. También Marco Aurelio Caro se cuenta entre los emperadores de la rival y vencedora del pueblo cartaginés». Los Caros de Carmona son tan antiguos como la población misma: las inscripciones sepulcrales escritas en caracteres romanos y góticos que se encontraron en la villa á raíz de su conquista por el rey Fernando III son la mejor prueba del remotisimo origen de este linaje. Rui Méndez Caro, alcaide del alcázar de la puerta de Sevilla al tiempo de la muerte del Rey Pedro I, descendía del caudillo Domingo Caro, uno de los asistentes á la conquista de Sevilla, en cuyo largo sitio llevó á cabo verdaderos prodigios de temeridad y arrojo, á pesar de las varias heridas que recibiera. Tornada Sevilla por las armas cristianas, Domingo Caro se vino á poblar á Carmona, la historia de la cual está llena de los grandes hechos realizados por sus sucesores. Cuando Enrique II entró en Carmona, Rui Méndez Caro y su hijo Rodrigo consiguieron huir á Sevilla, donde estuvieron escondidos hasta el fallecimiento del de Trastamara, en que se restituyeron á su patria. Las armas de Caro son: Escudo de plata, cruzado por una banda de gules; en el cuartel de la derecha la cruz de Calatrava, una flor de lis de oro en el de la izquierda, y ocho calderas negras en la bordadura. Pueden verse en el frontón de sus casas, calle de las Parras y Sancho Ibáñez.
El apellido Caro es uno de los que el mundo conserva más remota y esclarecida memoria. Ya por los años 601 de la fundación de Roma, se distinguió un general de los españoles segedanos de apellido Caro, el cual murió peleando valerosamente contra los opresores de su patria. También Marco Aurelio Caro se cuenta entre los emperadores de la rival y vencedora del pueblo cartaginés». Los Caros de Carmona son tan antiguos como la población misma: las inscripciones sepulcrales escritas en caracteres romanos y góticos que se encontraron en la villa á raíz de su conquista por el rey Fernando III son la mejor prueba del remotisimo origen de este linaje. Rui Méndez Caro, alcaide del alcázar de la puerta de Sevilla al tiempo de la muerte del Rey Pedro I, descendía del caudillo Domingo Caro, uno de los asistentes á la conquista de Sevilla, en cuyo largo sitio llevó á cabo verdaderos prodigios de temeridad y arrojo, á pesar de las varias heridas que recibiera. Tornada Sevilla por las armas cristianas, Domingo Caro se vino á poblar á Carmona, la historia de la cual está llena de los grandes hechos realizados por sus sucesores. Cuando Enrique II entró en Carmona, Rui Méndez Caro y su hijo Rodrigo consiguieron huir á Sevilla, donde estuvieron escondidos hasta el fallecimiento del de Trastamara, en que se restituyeron á su patria. Las armas de Caro son: Escudo de plata, cruzado por una banda de gules; en el cuartel de la derecha la cruz de Calatrava, una flor de lis de oro en el de la izquierda, y ocho calderas negras en la bordadura. Pueden verse en el frontón de sus casas, calle de las Parras y Sancho Ibáñez.
domingo, 15 de junio de 2014
LA IGLESIA DE SANTA MARIA ( FINAL )

Por : Don Manuel Fernández y Lopéz
domingo, 8 de junio de 2014
LA VEREDA DEL COTO LA PLATA
La mayoría de las veces cuando caminamos por una vía pecuaria no sabemos diferenciar si es vereda, cañada, cordel... el paso del tiempo ha limitado a estas vías de comunicación entre pueblos y ciudades como simples caminos de rodaduras , limitados por los bujes de los vehículos que circulan por ellas, sean agrícolas o particulares.
Refiriéndome solamente al término municipal de Carmona, son muchos los factores que han intervenido en esta modificación , un caso de esto es el aprovechamiento de agricultores labrando parte de sus orillas , quedando casi en desuso por la escasa o mejor dicho ninguna trashumancia que se lleva a cabo hoy en día , pues el desplazamiento del ganado hacia los pueblos se hace en camiones a través de carreteras.

La vereda del Coto de la Plata ,
cuyo nombre verdadero es la "Vereda de Cantillana", la he recorrido muchas veces desde su nacimiento en Carmona allá por la "Ronda Norte", pasando por la antigua alcantarilla del arroyo de aguas residuales llamado vulgarmente “El Cochino", por su olor fetido , actualmente soterrado hasta la antigua huerta segunda cerca de la cuesta del Barrial, situada en la parte izquierda de la carretera de Brenes, siguiendo la vereda hacia Cantillana a la izquierda se encontraba un pozo realengo cerca de la casilla de "Robones" , seguidamente hay otro pozo realengo y descansadero “el Cañajoso” lindando con finca de "Las Torres", conservando el deteriorado pilar cubierto por una higuera rodeada de una gran cantidad de eneas, a continuación, el pozo de los Santos (Realengo) con escalón de mármol sombreado por una gran higuera custodiada por una fila de álamos blancos, sombreando las zarzas donde anidaban los ruiseñores que en las madrugadas de verano con luna llena se dejaba oir la melodía que el macho desgranaba muy cerca del nido donde descansaba la hembra, el pozo de las "Mercedes", también realengo, donde un tablón a flor de tierra invitaba al caminante a hincar la rodilla para beber el agua cristalina que brotaba de la tierra en un torbellino hirviente que se serenaba al llegar a la superficie del agua, cerca de la casilla del cura, se encontraba el pozo realengo cuyo nombre adopto de la finca o viceversa. Siguiendo la vereda y tras el cruce de los canales y de la vía férrea se llega a la barriada de la Monta y atravesando el Guadalquivir se adentra en Cantillana.
Hoy me pongo a pensar con nostalgia en tiempos pasados a lo largo de las estaciones , la vereda , cambiaba su forma de vida, a principio del verano las perdices con sus polluelos la cruzaban rápidamente para camuflarse entre el mar de olivos que la bordeaban, el arrullo de la tórtola al amanecer, presagiaban un día caluroso, confirmado por la chicharras que dejaban oír su canto abrasadas a la ramas de los olivos , las palmas en sus orillas protegían a las avispas despertando del letargo de la noche, los pastos que la acompañaban albergaban gran cantidad de saltamontes, capturados por los chavales de los cortijos cercanos para alimentar algún que otro Kikili atrapado en las murallas de Carmona.
Los trabajadores de las fincas cercanas le daban vida en su trasiego cotidiano, a la caída de la tarde el mochuelo y la zumaya se despertaban para alimentarse durante la noche, el olivar cuidado a la antigua usanza daba un aspecto de pulcritud y limpieza.
En el otoño después de las primeras aguas la hierba nueva llamada (toña) se deja ver entre los pastos secos de los bordes de la vereda, los pajarillos de invierno en su entrada desde Europa y Africa se arropaban en el olivar y en las lentisquinas y encinares del monte que antiguamente tenía el Coto de la Plata.
En invierno los días claros tras la limpieza de la atmosfera por la lluvia, se divisaba a lo lejos la Sierra Norte, nítida, diáfana, algunos hilillos de humo blanco azulados salidos de las chimeneas de los caseríos cercanos apuntaban hacia el cielo en señal de la calma reinante.
En la primavera la explosión de vida se palpaba en la vereda, miles de flores en sus bordes invitaban a los insectos y animales al apareamiento para perpetuar la especie, todo esto ha desaparecido hoy en día, lástima que aunque la vida sigue, las veredas en su Otoño perecen paulatinamente por la ambición del hombre, los deslindes siguen el afán del dinero y los terrenos invadidos seguirán manteniéndose a costa de la fauna y la flora, las propiedades privadas del termino seguirán manteniendo como suyo los terreno de aprovechamiento común.
ARTICULO ESCRITO POR : EL ALCARAVÁN COMÍ
ARTICULO ESCRITO POR : EL ALCARAVÁN COMÍ
domingo, 1 de junio de 2014
IGLESIA DE SANTA MARIA ( PARTE XI )


Por : D.Manuel Fernández y López
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EN CARNE VIVA
- Buen artículo - Anonymous
- El carnaval es la fiesta de la libertad, me entend... - Raúl Fernández
- Ten cuidado, algún amigo tuyo carnavalero te puede... - Anonymous
- Qué bonito, Raúl. A mí me recordaba a Don Julián d... - Esperanza Clímaco
- Creo que debe ser mucho más reciente, posterior a ... - Anonymous