domingo, 18 de mayo de 2014

LA IGLESIA DE SANTA MARIA ( PARTE X )

La iglesia de Santa Maria está construida con ladrillos de barro cocido, piedra arenisca de grano y ojo gruesos, sacada de las canteras conocidas con el nombre de Cuevas de la Batida (en uno de los cortes verticales de las dichas canteras se ve todavía la siguiente inscripción:Año de IIIIdxvIII me fecit anton gallego» piedra siliceo-caliza muy dura y nada porosa, extraida de unas antiguas canteras llamadas la Bóveda, situadas en falda del alcor, hacia las tierras de Gaena y no lejos de la finca nombrada Brenes, piedra blanca de Jerez de la Frontera, de la que sirvió para la obra de la catedral de Sevilla, y mármoles de Málaga, labrados en la misma Sevilla por Pedro de Arteaga. La solería que desde un principio se puso en la iglesia fué de ladrillos rojos y raspados, nada propios ni conformes por cierto con la magnificencia y suntuosidad de la obra. Por fin, el año de 1860, el Excmo. Sr. D. Miguel Lasso de la Vega y Madariaga, marqués de las Torres de la Pressa, deseoso de completar el proyecto que nuestros abuelos dejaron sin concluir, o concluyeron de una manera imperfecta, costeó de su peculio una solería de baldosas de mármol blanco y azul, á beneficio de las cuales tomó el templo el aspecto de grandeza que hoy reviste. Otros vecinos de Carmona arreglaron á sus expensas el pavimento de las capillas y el coro. Omitimos sus nombres por no aparecer demasiado prolijos. Ignórase el cuándo y el cómo; pero la verdad es que, andando el tiempo, la iglesia fuó enjalbegada, operación que no sólo le quitó el aspecto severo y majestuoso que siempre debió tener, sino que enterró bajo una gruesa capa de cal los primeros escultóricos de que pilastras, arcos y bóvedas estaban llenos. Dicen algunos que el embardunamiento de la iglesia fué debido á que estando construida de piedra granujienta, las bóvedas cernían arena en grande cantidad y hasta dejaban que se resumieran las aguas; pero esto no pasa de ser una generosa tentativa de defensa de los ignorantes que hicieron el encalamiento, pues sobre que muchas de las dichas bóvedas están formadas de piedra siliceo-caliza, muy compacta y dura, bien pudieron revestir a las que esta cualidad no tuvieran con una capa de cemento, bastante á evitar el inconveniente sin hacer perder á la obra los primeros de ejecución que la distinguen. Ilabía de llegar el año de 1880 para que el atropello cometido por los antiguos tuviera la debida reparación. En efecto; un párroco joven, ilustrado y amante como el que más de las glorias artísticas, el limo. Sr. D. Sebastián Gómez y Muñiz, se decidió á emprender la restauración del templo, y con diligencia y celo nunca bastante encomiados acometió la dificil y penosa tarea de allegar fondos con que limpiar la iglesia de la espesa costra de cal que la afeaba. Entusiasmo grande se necesita, afición y amor por el arte son menester para en los tiempos que corremos lanzarse á semejante empresa. Únicamente la energía de carácter y la firmeza de voluntad que á dicho párroco distinguen, pudieran arrojarlo á buscar en la raquítica generación presente la fe ciega de nuestros mayores y su generosidad sin limites. De todos modos, y encuentre o no quien le ayude en tan noble empeño, el párroco de Santa María será siempre acreedor al agradecimiento público, y Carmona reservará la más brillante página de su historia para conmemorar el rasgo del Sr. Gómez y Muñiz.

Por : D.Manuel Fernández y Lopez


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