sábado, 10 de agosto de 2013

LA QUINCANA



Antiguamente se denominaba con el nombre de Quincana a una especie de bolsa que los trabajadores agrícolas usaban para guardar y transportar las comidas y enseres más personales, teniendo que administrarlos durante toda la semana, menos el día de asueto que retornaban a sus humildes hogares para el descanso, lavado de la ropa y aseo personal, ya que durante toda la semana se aseaban principalmente en los pilares de los pozos de los cortijos y haciendas este día de descanso se denominaba de “vestía”.

La Quincana estaba construida de pleita confeccionada con hojas de palmas, las cuales iban unidas unas a otras con una tomiza del mismo material, cosidas por el interior de la pleita con el fin de que no se viese el cosido, esta bolsa tenía  dos cuerpos, uno el cuerpo base y otro que le servía de tapadera, la cual corría por unas tomizas unidas unas a otras por torsión que se deslizaban por el interior de dos medios arcos haciendo que el trenzado de tomiza, tapadera y cuerpo formasen a su vez un solo conjunto.
En la parte superior de la tapadera había un asa en forma de media circunferencia, que servía para abrir la Quincana, el cierre constaba de dos apéndices introducidos uno en otro y a su vez cruzado por un pasador de madera de olivo, la Quincana se transportaba colgada a la espalda en forma de bandolera, en su interior podíamos encontrar objetos de aseo personal como maquinilla,  hojas de afeitar, peine, jabón y algunas viandas ricas en grasas como chorizos y morcillas que suplementaban los ranchos (almuerzo, cena) que se hacían conjuntamente con toda la cuadrilla. También recuerdo que lo que menos faltaba era el tocino serrano de veta que se comía en pequeñas lonchas y chamuscado al fuego.
La  Quincana en aquellos tiempos estaba considerada por los jornaleros como un tesoro en el que guardaban los  secretos de sus pocas pertenencias fueras de sus hogares, se ubicaban casi siempre en las gañanías colgada en un clavo o estaca introducidos  en la pared cerca del jergón ( colchón ) relleno de tornas ( Paja gorda) a la mano de su propietario, el cual algunas veces soñaría verla llena de exquisitos manjares, pero al despertar ve que la realidad es otra y lo único que le queda es trabajo, polvo, sudor, cansancio, suciedad y parte de las viandas que reservo para ofrecérselas a sus hijos cuando llegase a  casa.“ PERRA VIDA LA DE ENTONCES “





           ARTICULO ESCRITO POR: EL ALCARAVÁN COMÍ


1 comentario:

  1. muy interesante. conozco el objeto quincana de constantina, sevilla, y tengo una qe compré allí hace años. la foto del alcaraván encarandose a ka oveja,genial.

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