jueves, 14 de febrero de 2013

El boliche y el estercolero




Antiguamente se usaba esta palabra  entre los campesinos, para denominar una construcción donde se almacenaba la leña  procedente de la tala o limpia del olivar, consistía en una elevación aproximadamente de uno o dos metros de alto, y de tres o cuatro de  ancho, su longitud variaba según  la leña recolectada, colocándola de forma trapezoidal y cubriéndola con varetas o chamiza, encima  una capa de tierra de unos veinte o treinta cm hasta formar un tronco de pirámide en toda su longitud, evitando así que la leña se mojase y en invierno fuese más fácil encender el fuego.  Las ramas cortadas por el hacha del limpiador o talador, se almacenaban una vez acabada la limpia, cortadas y desprovistas de hojas, colocando primero los troncos más gruesos sobre el suelo. Esta forma de almacenamiento era muy beneficiosa para el olivar, evitando que se propagase una enfermedad llamada Barrenillo. Los boliches se construían muy cerca de las haciendas  y cortijos, casi siempre lindando con las delanteras de las fincas (espacios de terrenos sin cultivar donde se depositaban los aperos agrícolas, arados, gradas y todas clases de maquinarias). Siempre, su construcción requería un conocimiento muy exacto de la orientación, había que localizar el sitio donde más resguardados estuviesen de los elementos, como lluvia, y encharcamientos de terrenos colindantes para evitar la humedad en la madera. Los boliches, servían de habitad a pequeños roedores y reptiles, pero con la salvedad que el que tenia reptiles no tenia roedores, entre los roedores más comunes, lo habitaban, ratas de campo, ratones, lirones etc. Entre los reptiles se solían encontrar las bichas y lagartos, los cuales anidaban en ellos reservados de la humedad, del frio, y de las lluvias. La leña se acarreaba en un carrillo de madera, depositándola  apilada cerca del fogaril, cuya chimenea se vareaba cada cierto periodo  de tiempo evitando así que el hollín prendiese.
El estercolero,  era el lugar donde se depositaban  las heces (cagajones)  de las caballerías, recogidas de la limpieza de las cuadras. Estaba casi siempre situado al borde de la delantera de  las fincas, una vez producida su putrefacción daba lugar a una tierra llamada mantillo, muy rica en nutrientes, y además donde se encuentra en abundancia el hongo penicilium (principal componente de la penicilina), se husaba este mantillo, para abonar los huertos de hortaliza y verdura de las haciendas y cortijos, y era muy usado en el cultivo de jardines, y patios de vecinos llenando sus tiestos y tejas para admirar  las flores más variadas.



                     Por: El alcaraván comí


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