domingo, 10 de mayo de 2015

EL PARQUE DEL COTO DE LA PLATA ( PARTE FINAL )




Tanto el caserío como el jardín y parque del coto de la plata, se construyeron en el siglo XIX, pero lo más destacado de estas propiedades en aquellos tiempos fue el inmenso jardín y Parque, atribuidos a Jean Claude Nicolás Forestier, arquitecto paisajista Francés, nació, el 9-01-1.861. Falleció el 26-10-1.930, decimos que se atribuye la construcción del jardín y Parque del Coto de la Plata, por los numerosos proyectos que llevo a cabo en España, aquí en Andalucía  el Parque de Mª Luisa en Sevilla inaugurado en 1914. El jardín de los condes de Castilleja 1927 (Sevilla) etc.
Tratare de explicar cómo era el parque cuando lo conocí allá por los años 70, Tenía dos entradas, una a la izquierda de la salida del caserío, la otra, a media ladera del camino vecinal, entre el arroyo que comunicaba con La Plata Grande. La primera entrada, dejaba a la derecha un merendero en forma de U, que daba vista a un paseo bordeados de árboles, la segunda a otro, flanqueado por palmeras datileras, a mediados de este, tres estanques formando cascada, a continuación un manantial donde una salida por debajo del brocal corría el agua hacia el arroyo, un pequeño hilo de agua que mantenía en sus bordes diferentes clases de plantas, especialmente las Calas (Zantedeschia) originaria de los pantanos del sur de África, entre ellas algunas pequeñas tortugas (Trachemys  scripta) y ranas  de San Antonio ( Hyla arbórea) de origen tropical. Esta parte del Parque se le llamaba “El bosque” por la cantidad de arboleda y arbustos, este era el sitio habitual donde anidaban los ruiseñores. 

Una de las cosas que más me llamaba la atención, era un circulo de palmeras donde desembocan cuatro senderos, una pila de mármol en el centro sostenida por una pilastra (Se le llamaba la pila bautismal) Afrente y atravesando un paseo de cipreses, se encontraba una pequeña plantación de naranjos mandarinos y limoneros, también limas (Limones duces). Cerca, un tilo silvestre cuyas  hojas se recolectaban para hacer infusiones. Todos los años este parque era visitado por los niños del colegio de San Juan de Dios de Sevilla.
Por  primavera, los cantos de los pavos reales se dejaban oír, anunciando el nuevo día, había catorce o quince entre machos y hembra, siempre se encontraban plumas a la hora de la pelecha en el parque, se recogían para adornar algunos floreros del señorío. Un día observe en uno de los estanques vacío,  un pavito, se había caído en él, y no podía salir, lo que no imaginaba que la madre en un corto vuelo intento atacarme, con lo cual lo deje libre depositándolo fuera, lo más curioso que nunca se encontró nidada alguna de pavos reales en el parque, siempre anidaban en el monte o arroyo cercano, trasladándose al parque con su prole una vez eclosionados los huevos.

A veces se veían  pequeños pájaros adormecidos, que no podían arrancar el vuelo, se decía, que era causado por la semilla de una familia de árboles al ser ingeridas (seguro que contendrían algún alcaloide). En el ocaso al caer la tarde todo cambiaba, el canto del búho chico y de la zumaya, anunciaban la noche, todo el esplendor del día se esfumaba, dando a una sensación de desamparo y de soledad que a veces rayaba en el miedo. Hoy día el parque esta desatendido y se muere pero para mí siempre quedara el recuerdo de sus días de esplendor.



     Articulo escrito por : El alacaraván comí


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