El Sábado día seis de Diciembre sin tener ningún artículo que publicar, me propuse fotografiar algunas cosillas de esta ciudad, al mirar desde mi terraza comprendí que era una tarea difícil, la niebla no dejaba ver algunos detalles como la veleta de la torre de San Pedro, esto me dio la idea de escribir sobre las veletas y cruces de Carmona.
Me sorprendí que en ningunos de los edificios religiosos fotografiados, las veletas y cruces no estuviesen representadas por la figura del famoso gallo “veleta-rio”, ya que en los iconos cristianos representan las tres negaciones de Pedro, además como ave anunciante del amanecer dando lugar a un nuevo día, ahuyentando a los malos espíritus y librándonos de las calamidades. Parece ser que las veletas aparecieron hacia el siglo IX como símbolo cristiano adoptado de creencias paganas atribuidas a los Godos.A lo largo de la historia las veletas han llegado hasta nuestros días de una forma completamente libre de poseerlas, sin tener que ser exclusivamente propiedad de Iglesias y grandes señores como en la Edad Media.
Hoy día en la mayoría de las casas particulares que contienen veletas las cruces han desaparecido, los iconos representados en ellas varían según el gusto de sus moradores definiendo así su carácter, gusto o profesión.
Antiguamente en el medio rural de Carmona, para saber la dirección del viento cuando apenas soplaba y era muy difícil averiguar de qué punto cardinal venia, los trabajadores que no tenían punto de referencia, elevando su mano y poniendo su dedo “corazón “ erguido en forma de peineta, mojaban su yema en saliva , lo giraban lentamente 160º y así podían averiguar de qué punto procedía , así cuando el aire daba de lleno en la yema del dedo se siente que se enfría más del punto donde sopla la brisa, esto lo compaginaban con los puntos cardinales que ya conocían por el movimiento del sol o la sombra, llamando al Este Levante, Poniente al Oeste, Norteño al Norte, y Mediodía al Sur. En la vega igualmente los girasoles siempre miran al sol desde el levante hasta el poniente, y esta mano en forma de peineta era su torre elevada donde su dedo más largo le servía como veleta para detectar la brisa. A lo largo de los años esta práctica ha desaparecido, siendo sustituida por algunos gestos obscenos de la peineta que están a la orden del día y que no merecen la pena comentar.
Articulo escrito por : El alcaraván comí
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