jueves, 28 de noviembre de 2013

SE PERDIERON PARA SIEMPRE


Para mi modesta opinión un pueblo , no se caracteriza solamente por su riqueza o por su pobreza, sino que hay unos elementos que  formaron  parte de su historia, olvidados hoy en día, quedando casi en el anonimato escrito,  solamente recordados  por los habitantes de más edad, me refiero a las voces de Carmona , que con mucho Cariño me pongo a relatar como homenaje a unas personas que formaron parte en aquellos tiempos de la comunidad.
La voz de la madre llamando a su hijo con medio cuerpo fuera de la ventana, cuyo eco recorría la calle como alma que lleva el diablo, ¡Manolitoooo  vente paca que ya es hora de recogerte, que si no cuando venga tu padre se lo voy a decir, además tengo la alpargata en la mano dispuesta para ponerte el culo como un tomate!

La voz del caponero Agustín , que pregonaba sin cesar a ya por la Plaza de Arriba (Plaza de San Fernando), diez iguales para hoy.. ¡llevo el siete, el siete, el sieteeee!
La voz del calero (vendedor de cal) pregonando la venta de cal de Morón, siempre se comía la c de cal, su voz sonaba de una manera inconfundible decía: Aaaa de Morón, nunca supe si la cal era de Morón  o de alguna calera no lejana.


La inconfundible voz del panadero, Francisco Eslava, con la panadería en la calle Tangutierrez hoy día doctor Fleming que debería llamarse la calle de Eslava, toda las personas de Carmona la conocían  por este nombre, repartía el pan con una caballería, se ponía la mano en la boca en forma de bocina gritando panaderoooo, con su libreta y lápiz apuntaba el pan a las personas que en aquellos momentos no podían pagarlo, buen pan blanco cocido con leña.
La voz más inoportuna que recuerdo y no porque no la añore sino por que pasaba por mi calle siempre a la hora de la siesta era la del afilador, que con su instrumento de viento desgranaba una melodía muy repetitiva  e inconfundible vociferando ¡ niña el afiladorrr que afila navajas cuchillos tijeras y afilo de toooo!!!.
La tintinela de la voz del chatarrero se dejaba oír en las calles decía: ¡hierros viejos los compro y los cambio! Los cambio por orozuz (Paloduz)  o por caballitos de barro, los cuales si llovía se despintaban rápidamente).
También en el cine se escuchaba una voz amortiguada, parecía que se hacía a posta, cuando la película estaba más interesante se oía ¡hay agua, hay pipas, hay caramelos!
En la plaza de abasto hoy día ocupada por diferentes negocios, mayoritariamente bares, era el centro comercial de Carmona, las voces se mezclaban con el olor a verduras, carnes,pescados, frutas los diferentes negocios vociferaban para vender sus productos ¡pescado frescooo, verduras de la huertaaaa, carne frescaaa! todas se perdieron para siempre.
Quedaría muy satisfecho si una sola persona que tuvo que emigrar fuera de nuestra tierra en aquellos tiempos para buscarse la vida y leyeran estas letras, y esbozasen una pequeña sonrisa de nostalgia al recordar a su pueblo...yo les mando un trocito de las voces que se perdieron para siempre.
  



                              ARTICULO ESCRITO POR : EL ALCARAVÁN COMÍ


                                                          

2 comentarios:

  1. Muy emotiva la entrada. A lo de ¡Manolitooo! de las mamás, habría que añadir lo que decían las vecinas, cuando se salía por piernas a causa de alguna chiquillada en una calle. Era aquello de...¡Como te coja te voy a llevar a los municipales y que te encierren en "la casilla"! En caso de llevar un conocido "babi" además apostillaban...¡Míralo! ¡Y eso que está en los "Selesianos"!

    ResponderEliminar
  2. "Quedaría muy satisfecho si una sola persona que tuvo que emigrar fuera de nuestra tierra en aquellos tiempos para buscarse la vida y leyeran estas letras, y esbozasen una pequeña sonrisa de nostalgia al recordar a su pueblo..."

    Date por satisfecho, un fuerte abrazo desde Barcelona. .... y la voz del Molina "helaooooooooooo"

    ResponderEliminar

EN CARNE VIVA