La higuera es muy
conocida en nuestra localidad, su nombre
científico (Ficus carica), es un árbol de clima templado o cálido,
se encuentra entre la rocas y en
lugares pedregoso, no se sabe cuando se
descubrió, es muy apreciada por sus frutos de sabor dulce, de ella escribieron poetas e historiadores (Teofrasto, Plinio) y
otros mucho mas, los cuales se ocuparon de sus cultivos y poderes curativos etc. Pero en estas líneas yo
no me referiré a sus características organolépticas, sino a un empleo que se le daba antiguamente a sus ramas en las anotaciones
de medidas de peso, en la recolección de aceitunas.
La taja, era una vara de
higuera aproximada al metro de largo, por unos 20 centímetros de diámetro, donde se anotaban las fanegas de aceitunas que los trabajadores
iban cogiendo, ellos utilizaban dos espuertas, una llamada cuartilla y la otra
media fanega , la cuartilla la
utilizan principalmente para recoger el
fruto caído, también para llenar la
media fanega para trasladarla al lugar de pesada, que consistía en un trípode
de madera del cual colgaba la romana (instrumento para pesar en arrobas
por una cara y por la otra en Kilo), de
ella pendía un recipiente llamado latón donde se echaban las aceitunas de las
espuertas de media fanega para su peso. Una vez completado el peso, si se
pasaba de él, se le devolvía al trabajador el resto, si faltaba se completaba, con las aceitunas
que otros trabajadores iban recogiendo , dejadas atrás por la cuadrilla; estos trabajadores se
llamaban ayudas y el encargado de pesarlas montonero., una vez que el peso era
exacto se anotaba en la Taja con media
mortaja hasta la próxima pesada, que se completaba la fanega con una
mortaja completa. Cada cuadrilla en algunos lugares tenían tres tajas una para la anotación del
fruto recolectado y dos mucho más pequeñas , una para anotar el pan a cuenta,
la otra para el aceite, que serian descontados del salario a ultimo de la
campaña de recolección, la media fanega se correspondía 25 kilos, la fanega 50
kilos, y la cuartilla 12,25 kilos. La taja se componía de cuerpo y cabecera, en
el cuerpo se anotaban las fanegas como hemos descrito por medio de mortajas,
cuando acumulaban diez mortajas se anotaban con una X para que a la hora del recuento total se contara de diez en diez, en la cabecera
cada una de ella tenían anotado un numero que correspondía a la cuadrilla (casa de tareros) los cuales
se quedaban con la mitad de la taja para
su comprobante. Aquí en Carmona se usaba como madera, la higuera para este
menester de recolección, quizás por su poca dureza y por su flexibilidad.
Este árbol no se podía utilizar como combustible para
calentarse, ni para cocinar pues no arde bien
y además si se respira su humo
duele la cabeza, (se dice). Lo mejor son
sus higos y brevas, cuando la mosca no ha depositado sus huevos en ellos, pues
sería muy desagradable a la hora de
degustarlos que nos encontremos con las larvas.
Para mi es uno de los sistemas de anotación más perfectos de
aquellos entonces , pues no cavia ningún
error cuando el trabajador (tarero)
llevaba las aceitunas para su peso , también portaba la taja para encajarla en
la matriz y anotar. La matriz era custodiada por el montonero , el cual al
final de la jornada la entregaba al capataz encargado o aperador que era el coordinador de todas las faenas
del campo junto al dueño de la finca.
Pues sí, cupo el error.
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